¿Cuál es la importancia de desarrollar un producto mínimo viable? La respuesta es muy simple, es la forma más efectiva de validar tu producto-servicio.
En otra publicación escribí sobre las 11 razones del fracaso de las startups; entre ellas encontramos que el mercado no necesitaba de ese producto/servicio, se quedan sin efectivo o ignoran a sus clientes.
Las startups aprenden a identificar estas razones gradualmente y a menudo de una manera abrupta, porque la propia naturaleza de ellas, hace difícil que sus equipos acierten a la primera.
Está claro que la fase inicial en cualquier empresa emergente es todo un desafío y sus equipos directivos deben aprender a identificar en qué momento deben implementar los correctivos para evitar chocar contra la pared.
El producto mínimo viable ó PMV es un producto conciso con las características básicas, que resolverá el problema y entregará el valor de la solución.
Con esta versión, sus primeros usuarios consiguen una rápida visión de la experiencia que ofrece el producto final, se produce la iteración sin tener que gastar una gran fortuna.
Una vez que entramos en la fase de carpintería, se puede hablar de desarrollar un producto mínimo viable, y se distinguen dos etapas:
La primera, se denomina producto mínimo viable de baja fidelidad y se inicia con el diseño de la maqueta inicial o mockup.
El objetivo de esta versión temprana es recolectar las primeras impresiones, necesidades, preferencias y expectativas a través de entrevistas al segmento de clientes.
El resultado permite conocer si en realidad el producto-servicio está resolviendo un problema en el mercado.
La segunda etapa, se denomina producto mínimo viable de alta fidelidad, y en él podemos plasmar nuestra propuesta valor definitiva que proviene de la iteración de la fase anterior.
Al llegar al producto mínimo viable de alta fidelidad muy probablemente se han cambiado algunas de las características iniciales gracias a la retroalimentación de los usuarios beta.
La importancia de desarrollar un producto mínimo viable está en ayudar a introducir el producto-servicio en el mercado con un mínimo de “sorpresas”, ahorrando tiempo y dinero, este último, elemento crucial en la ecuación de cualquier startup.
“Todo el proceso de PMV fue creado para perfeccionar y afinar las características del mismo. Cuando llegue al mercado, su entrada será menos abrupta”
Uno de los principios básicos de cualquier empresa es el valor que estamos entregando al segmento de clientes. De hecho, el desarrollo del producto debe ir mano junto con el desarrollo de los clientes.
Ambos son importantes para el éxito, si se omite uno sería una señal inequívoca de fracaso.
“El modelo de desarrollo del cliente no es un reemplazo para el modelo de desarrollo de productos, pero si un compañero.”
Steve Blank
Justamente, el producto mínimo viable se hizo para este propósito exacto.
Aprendemos las características que no aportan y entendemos las necesidades de los usuarios y si este se alinea con la demanda del mercado, hacerlo luego sería muy tarde.
A través del producto mínimo viable recolectamos la opinión de los usuarios y, en última instancia, podemos validar la propuesta de valor, ajustar el modelo de ingresos, o segmentar la audiencia.
La metodología Lean Startup estableció que los productos son esencialmente un montón de hipótesis no probadas que aún tienen que ser confirmadas por el mercado.
Cuando eres emprendedor es muy probable que tengas una larga lista de ideas y teorías de cuales son las características que debe tener tu producto.
Sin embargo, una vez que alcanzas la etapa del PMV estás obligado a afinar la puntería a una o dos ideas centrales de lo que puede ser el resultado final.
Un equipo de emprendedores tenían la idea de crear una plataforma que conectase a contadores colegiados y certificados con startups, sus principales hipótesis eran:
Con el fin de construir un PMV óptimo, la plataforma puede reducirse a dos elementos esenciales:
En este punto es importante eliminar aquellos elementos innecesarios de manera de garantizar que los datos recolectados puedan probar o refutar la hipótesis.
Debes evitar que el PMV se hunda, incluso antes de poner un pie en el agua. El menor número de características de un producto mínimo viable tiene la ventaja de ahorrar tiempo y dinero.
Recuerda que cada vez que añades características adicionales, estas retrasando la fecha de lanzamiento y se convierten en una distracción de las piezas importantes de tu producto.
Quizás te suene contradictorio, pero los planes de negocios rara vez sobreviven el primer contacto con los clientes.
En lugar de dedicarle una enorme cantidad de tiempo a la planificación, empresas emergentes exitosas aceptan desde el primer día que tienen una serie de hipótesis no probadas.
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La selección de las características de los productos es una tarea compleja.
Usando el ejemplo anterior, al añadir las 2 características principales, el equipo descubrió que había una necesidad de gestión de conflictos entre las partes involucradas en la transacción.
Como tercera y última característica, el equipo creó un proceso de gestión de conflictos para ayudar en la resolución de los mismos entre los usuarios.
En vez de automatizar este proceso, de cara a la experiencia del usuario, el equipo determinó que se hiciera de manera manual.
Este nuevo proceso se desencadena por una característica recién creada “el botón de conflicto” que permitió a los usuarios informar al equipo de cualquier disputa.
Hacer el proceso manual permitió ahorrar tiempo y dinero que podría haberlo perdido en el desarrollo de un sistema de gestión de quejas automatizado.
Finalmente, al llegar a esta etapa, es toda una felicidad, porque sientes como será tu producto final de cara al usuario.
Una recomendación final, no perder tiempo en características que puedan entorpecer el desarrollo del producto; la importancia de desarrollar un producto mínimo viable es justamente su validación con los usuarios beta.
Posteriormente, puedes ir añadiendo más características una vez que tengas la tracción necesaria y el mercado lo demande.
Por último y no menos importante, ¿qué estás esperando? Te invito a desarrollar tu producto mínimo viable.